Tranquilos,
no se preocupen,
casi que es normal
en esta sociedad
conformarse con la falsa
sensación de libertad,
alargar la correa,
lustrar el collar.
En cuestión de relaciones,
no se salvan las pasiones
-lo primordial-
que no se enteren los novios
que no caben por la puerta,
para dormir acompañados
mirar hacia otro lado.
Que hay matices es bien cierto y no pretendo criticar,
solo cuento lo que veo,
todos saben que es verdad.
Y así la vida pasa,
se construyen las casas,
llegar a la vejez, cobrar la pensión.
Yo no quiero ni podría actuar así,
ya que saco el tema
también debo decir:
es difícil mantenerse
con integridad,
en el punto de mira
sostener la realidad.
Los sueños, sueños son…
Algunos se estrellan
contra el paredón,
vagan en pena las almas,
callan al corazón
en pro de la razón.
De un lado o del otro,
en cualquier extremo,
en la comodidad de lo radical
sufren en vano los años,
crecen los niños,
se pelean los hermanos.
Mientras tanto en cualquier bar…
Tú y yo
conspirando a nuestro favor,
hablando por hablar,
diciendo la verdad,
afrontando la situación
con su dificultad.
Resistencias que nos harán fuertes, grandes, livianos y amables.
Nos miramos a los ojos,
alargamos las manos,
alzamos nuestras copas
y aún así brindamos.
Y que viva la alegría de vivir,
la sencillez,
que Doña Esperanza
esté siempre a merced…
Una y otra vez la historia dirá
tanta estupidez como genialidad.
Que hay matices es bien cierto
y no pretendo criticar,
solo cuento lo que veo,
todos saben que es verdad.
Y así la vida pasa,
se construyen las casas,
llegar a la vejez, cobrar la pensión.
Yo no quiero ni podría actuar así,
ya que saco el tema
también debo decir:
es difícil mantenerse con integridad,
en el punto de mira sostener la realidad.
Solo una cosa más,
como conclusión:
es mucho más difícil la mentira,
la traición.
Al fin y al cabo,
seamos lo que seamos,
la muerte es el destino,
solo somos humanos.